‘El Método Grönholm’ levanta al público de sus butacas con su segunda temporada en Madrid

‘El Método Grönholm’ levanta al público de sus butacas con su segunda temporada en Madrid

La comedia de Jordi Galcerán, dirigida por Tamzin Towsend es representada desde el pasado 16 de Septiembre en el Teatro Cofidis Alcázar de Madrid con un elenco único compuesto por Luis Merlo, Jorge Bosch, Marta Belenguer e Ismael Martínez.

Sus actuaciones impresionan al público hasta el punto de provocar en ellos odio y simpatía, sensaciones muy difíciles de transmitir al mismo tiempo. Estos reconocidos actores consiguen engañar al espectador desde el primer acto hasta el último en el que concluye la trama, que a más de uno dejará sin palabras y tal vez con alguna duda no resuelta, o sí.

La obra comienza con cuatro aspirantes a un puesto de trabajo en una gran empresa situada en el Paseo de la Castellana de Madrid, estos cuatro deberán superar diferentes pruebas para alcanzar la meta, con la sorpresa de que en dichas pruebas podrán comprobar que la multinacional que les ha reunido sabe más de lo que ellos mismos han contado.

Los personajes intentarán ganar el empleo a toda costa, siendo cada uno de ellos perteneciente a empresas diferentes de las que deberán salir en breve. El público podrá experimentar la crueldad humana, la astucia y la falta de escrúpulos a través de estos aspirantes que no dudaran en hacer lo que haga falta por vencer al resto.

En las pruebas propuestas únicamente tienen una «norma», no salir de la sala de reuniones en la que les han convocado. Si salen, sea por el motivo que sea, perderán la oportunidad de acceder a la empresa. Esto será un comedura de cabeza para uno de los personajes que deberá dejar atrás los sentimientos para luchar por el cargo.

Adrián Ramos y Luis Merlo

Luis Merlo recoge casi todas las miradas con una interpretación impecable y un protagonismo accidental que es inevitable. Tras demostrar ser todo un grande del mundo actoral en la pequeña pantalla con producciones como ‘Aquí No Hay Quien Viva’, ‘El Internado’ o ‘La Que Se Avecina’, vuelve a demostrar que en el teatro se come el escenario, sin importar el papel, ni la obra.

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