El Real Madrid, en Europa, es inevitable. Una vez más, el conjunto madridista volvió a regalar al mundo del fútbol una noche épica. Los blancos, que perdían 0-1 y tenían pie y medio fuera en el minuto 88, remontaron el partido en apenas tres minutos y sellaron el pase para la final de Wembley. Joselu, por partida doble, fue el héroe inesperado de la noche.
El Santiago Bernabéu se tiñó anoche completamente de blanco para recibir al Bayern de Múnich en la vuelta de las semifinales de la Champions League. Tras un encuentro de ida que acabó con empate a dos estaba todo por decidir en la capital española. El Madrid comenzó bien el partido, dominando con balón a un Bayern que, a diferencia de la ida, decidió replegarse más atrás y esperar sus opciones al contragolpe. Pasados los primeros 10 minutos, Vinicius estrelló un balón al poste y en el rechace, Rodrygo, se encontró con Neuer, quien a la postre sería decisivo.
La primera mitad no dio mucho más de sí. Apenas dos ocasiones en cada portería, pero con la seguridad que transmitían tanto Lunin como Neuer se auguraba difícil que se moviera el marcador. Tras el descanso, el reinicio tuvo un sabor más alegre. Nada más comenzar, los dos equipos agitaron al público con ocasiones en sendas áreas, pero, con el paso de los minutos, el Real Madrid se fue haciendo con el control total del partido. Con Vinicius al frente del ataque blanco, daba la sensación que en cualquier momento los locales abrirían la lata, sin embargo, cuando mejor estaba el cuadro español, el Bayern dio el primer golpe. Un contragolpe que finalizó Alphonso Davies con un golazo ponía por delante a los bávaros. El Madrid tenía 20 minutos para remontar.
Poco tardaron los blancos en ver puerta, apenas tres minutos, aunque el gol se anuló por falta previa de Nacho. Aún así, los madridistas no bajaron los brazos y, en el minuto 88, pusieron las tablas en el electrónico de la mano de Joselu, quien acababa de ingresar en el terreno de juego. Vinicius chutó desde la frontal y Neuer, que había sido el mejor jugador del cuadro alemán salvando en varias ocasiones a los suyos, no pudo atajar el balón. El rebote lo aprovechó el 14 blanco. Segundos después, en el minuto místico del Bernabéu, el 90, Joselu, a centro de Rüdiger, selló la remontada. Estalló la locura.
Se conoce como costumbre una “manera habitual de obrar por parte de un colectivo” y es que los milagros del Real Madrid en Europa y, concretamente, en el Bernabéu, ya es eso, costumbre. No importa cómo esté el equipo ni el rival. Lo que sucede en el feudo blanco no tiene una explicación lógica, pero sucede y el Real Madrid, una vez más, lo volvió a hacer. El próximo 1 de junio, en Wembley, el Madrid se mediará, en la gran final, al Borussia Dortmund para tratar de levantar su decimoquita Champions League. Se dice pronto.