La película dirigida por Jaume Balagueró se acerca a un género muy común en los últimos años, en el que un cuerpo de seguridad juega al tira y afloja con una banda de ladrones. Con la diferencia de que en este filme no hay ladrones, son rescatadores británicos los involucrados en la trama del Banco de España. Este detalle se ha trabajado muy bien en ‘Way Down’ aprovechando la final del mundial para llevar a cabo un plan astuto sin ningún daño físico y apenas hacer ruido.
El elenco es inmejorable quedando de diez en pantalla y está formado por Freddie Highmore, Astrid Bergès-Frisbey, Jose Coronado, Liam Cunningham, Sam Riley, Luis Tosar, Emilio Gutiérrez Caba, Axel Stein, Daniel Holguín y Famke Janssen.
Freddie Highmore resulta simpático hasta cuando se mete en líos y sacará una carcajada inevitable a los espectadores en un momento concreto de la película, lo cual es un punto a favor, puesto que el actor es muy válido para la comedia y en este largometraje no han abusado de ello.
Pero sin duda, la ciudad de Madrid es la que se roba el papel protagonista, dejando unos preciosos planos de sus edificios entre escenas, planos que en otras producciones no han sabido aprovechar y que en ‘Way Down’ quedan más que justificados.
SINOPSIS
El Banco de España es completamente distinto a cualquier otra entidad financiera. Un banco absolutamente inexpugnable. Un banco que nadie ha podido robar, del que no hay planos, no hay datos, ni hay nadie vivo que sepa qué ingeniería faraónica se utilizó hace más de cien años para construir su cámara acorazada. Un auténtico misterio…
Pero ni las leyes de Estado ni las leyes de la física asustan a Thom Johnson (Freddie Highmore), el brillante y joven ingeniero reclutado para averiguar cómo quebrar el secreto para acceder a su interior.
El objetivo es un pequeño tesoro que va a estar depositado en el banco solo diez días. Diez días para descubrir el secreto de la caja, diez días para urdir un plan, diez días para preparar el asalto, diez días para aprovecharse de un plan de fuga irrepetible, cuando la esperada final del Mundial de Fútbol de Sudáfrica reúna a cientos de miles de aficionados a las puertas del mismísimo Banco de España… Diez días para alcanzar la gloria… o para acabar en prisión.
